Soy Fernanda cofundadora de Qi, amor de hierbas, acupunturista y enfermera clínica.
Entenderán lo difícil que fue el proceso de COVID 19 y lo duro que fue manejar los tiempos para poder hacer bien mi trabajo de enfermera, adaptarme a los constantes cambios que significaba trabajar con una enfermedad de la cual no sabíamos nada, ser pareja, hermana, hija, nieta, amiga, terminar de estudiar un magister en el cual me había inscrito mucho antes de imaginar este escenario, mantenerme sana física y mentalmente, no contraer COVID a pesar de estar a diario con personas contagiadas, estudiar sobre los nuevos descubrimientos y tratamientos de esta enfermedad y junto a todo esto hacer crecer y trabajar en Qi.
Organizar mi tiempo fue primordial, los días libres me enfocaba en cumplir mi agenda al 100%, me preocupé de informarme sobre los avances y descubrimientos por medios oficiales alejándome de la tv y noticiarios: solo me expuse a la información necesaria para mi profesión.
Mantenerme siempre comunicada con mis seres querido me daba fuerzas y cuidar mi salud física fue lo más difícil; hacer ejercicio y mantener una alimentación saludable se ponía cuesta arriba día a día. Cuidar mi salud mental fue una prioridad por lo que busqué momentos de ocio y actividades recreativas y creativas, pero la verdad es que fue mi emprendimiento el que me mantuvo cuerda. Hacer y ocuparme en algo que no fuera la pandemia me motivaba y ver como nuestras infusiones ayudaban a la gente en su día a día era un aliento para continuar en este proyecto que fue siempre un sueño para mí. La herbolaria y las medicinas integrativas son algo que me motiva y lograr llegar a los hogares de muchas personas, llevándoles bienestar, sabores y colores fue lo que me ayudó a no volverme tan loca.